sábado, 7 de mayo de 2011

Amor.

Una de las concepciones que quiero citar sobre el amor es la descubierta por Friedrich Nietzsche. Él creía que se llegaba al amor cuando se intenta abarcar el bien con su totalidad hacia algo y no se consigue, es decir, un desbordamiento hacia algo ilimitado. Entonces de esas propiedades que hablamos, las del objeto que nos atrae, no podemos por más que hagamos el esfuerzo, tratar de abarcar nuestro bien en su totalidad. 

Este filósofo alemán dice que cuando amamos, juntamos las mejores propiedades de las cosas más maravillosas y perfectas que consideramos en el mundo, y como éstas son similares con el objeto, es considerado como esa cosa maravillosa, ese algo perfecto. Estas afirmaciones llegan a la conclusión de que los sentimientos nos engañan, y siempre lo han hecho.

Para bien o para mal, el amor, es uno de los sentimientos más fuertes que existen, no se puede luchar contra él. Nos hace depender de otra persona, de lo que siente, de lo que piensa, todo cuanto haga nos va a afectar de una manera u otra. Hay personas que lo necesitan, otras que pueden prescindir de él, otras sienten un miedo terrible hacia esa vulnerabilidad y descontrol, pero si lo sientes no te deja indiferente.


Una vez leí en un libro que hay muchos tipos de amor: el amor romántico, el amor enterno, el amor a los hijos, a los amigos, a los familiares, el amor a los animales, el amor por la naturaleza, por los libros, por uno mismo, por la vida... Cada uno se siente de una manera diferente, pero en el fondo el sentimiento es el mismo, esa mezcla entre cariño, pasión y confianza que te hacen depender de alguien.

"Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta."

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