sábado, 12 de noviembre de 2011

Sola.

Pasea por las vacias calles de la ciudad, en busca de algo, en busca de alguien... pero no hay nada. Silencio. Sólo las frías gotitas de tormenta la acompañaban aquel nublado día de noviembre. Grita, pero nadie escucha sus llamadas de socorro. Llora, pero sus lágrimas pasan desapercibidas y se funden con la lluvia. Se sienta en un banco del parque, sin importarle que sus ropas se hallen cada vez mas empapadas y se dedica a admirar la escena mientras una infinidad de recuerdos regresan a su mente.

<<Dos niñas corriendo de la mano bajo una tromba de agua, riendo y saltando entre los charcos sin importarles la reprimenda de su madre horas más tarde. Bromas, cotilleos y algún que otro lloriqueo con la mejor compañía y bajo una manta en el sofá que hicieron volar el tiempo de una tarde en principio aburrida. Un beso mágico pasado por agua...>>


Una señora interrumpe sus pensamientos, seguramente aconsejándole que debería refugiarse. Al hacer caso omiso, esta se marcha con sus andares altivos y una mueca de disgusto. "¡Estos jóvenes de hoy en día!" Sonríe imaginando sus murmullos, y contempla el paisaje a su alrededor. Gente con prisas, paraguas grises inundando la avenida... y de repente los ve. Intenta llamar su atención, pero ningún sonido sale de su boca. Corre hacia ellos, pero un muro de cristal le impide seguir. Él nota su presencia, le guiña el ojo y vuelve la cabeza hacia los demás, que siguen sin reparar en su presencia.
Golpea fuerte, pero esta atrapada. No hay salida. Los pierde.
Está sola.
                                  . . .
Se despierta de súbito, con el corazón palpitante entre sollozos y resuellos. Mira a su alrededor, alarmada, y se encuentra con su libro de historia abierto en el suelo y el reloj marcando las 21:23.
Mierda. Se ha dormido estudiando la Restauración y tendrá que apresurarse si quiere aprendérselo.
- Al menos ha sido todo un sueño, una mala pesadilla.

¿De verdad lo era?

miércoles, 31 de agosto de 2011

La Vida.


Muchas veces hemos sentido que la vida no merece la pena vivirla. Un mundo plagado de egoísmo, una sociedad cada vez más y más consumista. Superficialidad por todas partes. Y no solo en general, el camino que lleva a la muerte esta plagado de sufrimiento, de problemas. 

Pero, ¿De verdad es la vida tan complicada, o por el contrario somos nosotros la que la hacemos así?
La vida en si tiene un sencillo curso: nacer, crecer, reproducirse y morir. Para muchos animales es tan simple como eso, y su unica preocupación es sobrevivir para llevar a cabo el ciclo completo. ¿Qué pasa con los humanos entonces?

A día de hoy, esta demostrado que a nuestra sociedad le gusta complicarse la vida. Ante cualquier problema, nuestro primer impulso es quejarnos, lamentarnos de lo desgraciados que somos, y hundirnos en la miseria, muchas veces aumentando la dificultad de ese problema inicial. Ademas, la gente, acostumbrada a idealizar su propia vida, tiende a crearse expectativas sobre las personas o sobre los momentos que va a protagonizar. Cuando estas etiquetas no son las que el individuo piensa, es ahi cuando crece la desilusion por la vida. Y es que si se sufre porque la vida es difícil de sobrellevar, es cuando hay que empezar a plantearse si de verdad tienes un concepto acertado sobre la vida. Quiero decir, esta bien pensar que la vida es un camino de rosas, pero también hay que pensar en las espinas que estas tienen.

A partir de esta aceptación, es relativamente fácil adaptarte a la vida.
Los problemas, las dificultades, el dolor y el sufrimiento son una gran oportunidad para replantearnos como estamos viviendo, y nuestras reacciones ante estos nos forman como personas. Hay que aceptar las circunstancias de uno tal cual son. El mero hecho de respirar, de estar vivo, debería ser una razón para seguir tus metas, no importa los obstáculos que se te interpongan. Cuando te enfrentes a un problema, pregúntate qué puedes hacer al respecto, y veras como en vez de lamentarte por ello, una vez enfocadote en ello puede ser gratificante, y mas sencillo de solucionar de lo que esperabas.

Llegados a este punto, hago una pregunta conocida por todos: ¿Cuál es el sentido de la vida? 
En vez de quedarse en un mal, busca un bien. Lo que te hace crecer son las ganas de salir adelante, las ganas de ser tu misma, los propósitos, las metas, los sueños por cumplir.
Cada detalle insignificante puede hacerte feliz, y contentarte con la vida que tienes. Pan recién hecho, una pompa de jabon, bajar las escaleras de dos en dos, arreglarte para una noche de fiesta, una mirada, sonrisas, una cara conocida... Simplemente, dejarte llevar, aprender a sobrellevar una vida con momentos bonitos, y otros no tantos, para que puedas finalmente, acabar ese camino de forma plena y en paz.



lunes, 20 de junio de 2011

Sólo recordamos lo que nunca sucedió.

Frase de uno de los libros más increíbles que he leído, y una gran verdad.

Solo recordamos lo que nunca sucedió. Nuestras ilusiones. Nuestros sueños. Y es que el ser humano tiene por costumbre imaginar más allá de la realidad, buscando sensaciones agradables, de felicidad. Manejar la vida como a un títere, a fin de llegar a los objetivos deseados. Momentos que quisiéramos vivir, situaciones que al recordarlas nos hiciera sentir bien, felices. 



¿Quién no lo ha deseado? Viajar hacia los lugar mas inhóspitos del mundo. Llegar a ser un cirujano de prestigio. Que toque la lotería. Ser amado. Amar. Miles de historias, de recuerdos. Gente que cierra los ojos, que se evade, escapa a un mundo paralelo donde yace la vida de sus sueños. Un momento de paz inimaginable, felicidad absoluta en la palma de tu mano.

Es asi pues, como los recuerdos que han sucedido pasan a ser una muestra de nuestra existencia. Los recuerdos que nunca sucedieron mantendrán la luz de la vida y a flote los sentimientos.

sábado, 7 de mayo de 2011

Amor.

Una de las concepciones que quiero citar sobre el amor es la descubierta por Friedrich Nietzsche. Él creía que se llegaba al amor cuando se intenta abarcar el bien con su totalidad hacia algo y no se consigue, es decir, un desbordamiento hacia algo ilimitado. Entonces de esas propiedades que hablamos, las del objeto que nos atrae, no podemos por más que hagamos el esfuerzo, tratar de abarcar nuestro bien en su totalidad. 

Este filósofo alemán dice que cuando amamos, juntamos las mejores propiedades de las cosas más maravillosas y perfectas que consideramos en el mundo, y como éstas son similares con el objeto, es considerado como esa cosa maravillosa, ese algo perfecto. Estas afirmaciones llegan a la conclusión de que los sentimientos nos engañan, y siempre lo han hecho.

Para bien o para mal, el amor, es uno de los sentimientos más fuertes que existen, no se puede luchar contra él. Nos hace depender de otra persona, de lo que siente, de lo que piensa, todo cuanto haga nos va a afectar de una manera u otra. Hay personas que lo necesitan, otras que pueden prescindir de él, otras sienten un miedo terrible hacia esa vulnerabilidad y descontrol, pero si lo sientes no te deja indiferente.


Una vez leí en un libro que hay muchos tipos de amor: el amor romántico, el amor enterno, el amor a los hijos, a los amigos, a los familiares, el amor a los animales, el amor por la naturaleza, por los libros, por uno mismo, por la vida... Cada uno se siente de una manera diferente, pero en el fondo el sentimiento es el mismo, esa mezcla entre cariño, pasión y confianza que te hacen depender de alguien.

"Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta."

lunes, 7 de marzo de 2011

Tiempo.

Siempre he sido consciente de que el tiempo vuela; cuando pasas una tarde entretenida y te das cuenta de que ya ha anochecido, o cuando ese examen de la semana que viene es mañana.

Pero hoy, hablando con una amiga me he dado cuenta de verdad de lo rápido que pasa el tiempo. Hace ya medio año desde el comienzo de las clases, y parece que fue ayer cuando me acostaba en la cama, nerviosa, imaginando cómo sería ese primer día. Un viaje a Alemania que recuerdo con total detalle,y hace ya tres años de ello. Haciendo sesiones de fotos, juntando todos los pies, o dedos formando una estrella, con un "Friends Forever" en letras mayusculas y minusculas, que es lo que se llevaba entonces. Hace infinidad de tiempo.Han pasado tantos momentos desde entonces... Y ahora estoy en Bachillerato,  me queda solo un año y pico para entrar en la Universidad y hacer una carrera la cual no estoy segura, y todo va muy deprisa, demasiado. 
El tiempo pasa. A veces incluso sin darnos cuenta.Me aterra pensar que cada segundo que pasa ya no volverá a ocurrir, jamás. Cada movimiento de las manecillas del reloj, ese incesante tic-tac, duele como el latido de la sangre al palpitar detrás de un cardenal.

El tiempo transcurre de forma desigual, con saltos extraños y treguas insoportables, pero una vez te das cuenta has dejado un largo camino lleno de momentos inimaginables, únicos y especiales. Algunos buenos, otros no tanto, pero todos forman parte de nosotros, y una fotografía, una canción, un recuerdo, será suficiente para dibujar una sonrisa en el rostro al recapitular los mejores años de nuestras vidas.

"La vida da muchas vueltas y cuando tenemos algo bueno en la mano, tenemos que disfrutarlo, sacarle todo el jugo. Es ese tiempo, el buen tiempo, porque no sabemos lo que durará y cuándo pasará, y entonces... será otro tiempo."

martes, 1 de febrero de 2011

Everything has changed.


Sabía que estaba ahí, en ese parque, en el mismo banco donde tras lo ocurrido pasaba todas sus tardes. Decía que era el único lugar donde podía estar solo, reflexionar, sin que nadie le molestara. Caminé entre las oscuras calles, esperando que siguiera allí, tenía que verle, hablar con él, asegurarme de que estaba bien. Seguí sin descanso hasta llegar al parque, me adentré en él, buscándolo con la mirada, recorriendo cada rincón. Pude distinguirle entre la niebla, sentado en el banco, con sus vaqueros rotos y una camiseta azul eléctrico. Sus brazos fuertes y robustos caían despreocupados a sus costados. Tenía la mirada perdida, como si estuviera recordando algo.

Los recuerdos invadieron mi mente:
Hacía un día precioso. Los pájaros cantaban alegres ante la llegada de la primavera. Por fin iba a verle, me habían hablado tanto sobre él que sentía que ya le conocía. Lo recuerdo como si fuera ayer, estaba sentado en ese mismo banco. Me saludó amigablemente, mostrando su perfecta sonrisa, que formaba un divertido hoyuelo en su mejilla derecha, dándole una apariencia inocente. Tenía los labios carnosos, ligeramente agrietados por el frío.  Su rostro, bronceado por el sol, resaltaba sus enormes ojos verdes que transmitían seguridad y confianza. Su pequeña nariz pasaba casi inadvertida ante la belleza de sus ojos. Al darle el sol, su pelo color castaño claro era adornado por unos suaves reflejos dorados, que se movían ondeantes a causa de la suave brisa. Entre su pelo, justo debajo de su mandíbula, a unos centímetros de la oreja izquierda, pude distinguir un pequeño lunar.

Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo, devolviéndome a la realidad, a esa fría y gris noche de enero. Había cambiado tanto en estos meses.
Me acerqué a él lentamente, al verme, se apartó unos rebeldes mechones de la cara y, acto seguido me sonrió. Me quedé helada al ver esa triste sonrisa, no era como la recordaba, estaba vacía, sin vida. En ese momento comprendí que todo había cambiado, ya no volvería a ser como antes. Me acomodé a su lado, sin mediar palabra. Tras unos incómodos segundos, me miró. Una lágrima cayó suavemente desde sus ojos, deslizándose a través de su rostro. No hizo nada por impedirlo. Por primera vez vi como esa coraza de defensa que había conseguido crear con el tiempo, iba quebrándose, poco a poco, a medida que cada lágrima caía.
Simplemente le abracé, en silencio, como nunca lo había hecho, jurando que siempre iba a permanecer a su lado.

viernes, 21 de enero de 2011

Iris.

El despertador marcaba las 4:00 en la oscuridad de la habitación. 4:01. Demasiado silencio, demasiado en lo que pensar para poder dormir esa fría noche de principios de Enero. Con un suave movimiento, se levantó de la cama y decidió dar una vuelta por la casa. Miró hacia atrás para ver si lo había despertado,pero su respiración daba a entender que seguía profundamente dormido.La luna alumbraba su atlética figura, dejando entrever su desnudo cuerpo bajo las sábanas. Ese joven era el tipo de persona que te hacia sentir distinta, a las que es imposible no amar... u odiar. Ese tipo de personas hacia las cuales no puedes sentir indiferencia.
Con paso ligero, Iris subió las escaleras y se dirigió al despacho. Hacía mucho que no entraba en ese lugar. De pequeña, era su sitio favorito. Constaba de una sala redonda, con las paredes adornadas por estanterías con cientos de libros, una chimenea, una pequeña mesa con un jarrón en el que siempre había una amapola, dándole una alegría especial a esa habitación de encanto, y un sillón desde el que podías observar las maravillosas vistas de toda Sweet Valley.
Alargó la mano y después de un largo suspiro, entro. Frío. Negrura. Estanterías vacías con una  fina capa de polvo. Una amapola marchita. Iris se sentó en el viejo y ajado sillón, y se sacó un cigarro de su bolsillo . Por un momento la habitación se llenó de la tenue luz de la cerilla, pero luego la sala se sumió en la mas completa oscuridad. Sólo se veía la sombra de una luna escondida entre las nubes.
Y ahí, únicamente arropada por las tinieblas de la noche, lloró. Lloró como hacía años que no había hecho. Recordando, pensando. Imaginando. Soñando.

martes, 11 de enero de 2011

Sueña. Baila. Ríe. Salta. Grita.

Déjate de problemas, deja de pensar tanto y aprovecha el momento. Una vez las oportunidades pasan, no las vuelves a tener, y te puedes arrepentir de ello. Déjate llevar. Lévantate pensando que hoy puede ser un gran día. Que eres precios@. Que te lo mereces. Hoy puede ser uno de esos días en los que se crean recuerdos que perduran en nuestra memoria para siempre. Haz lo que de verdad quieres, ¿Qué importa lo que digan? Aquí lo importante eres tú, sentirte bien, feliz contigo mism@. Libre.

Haz que tu vida se llene de pequeños momentos de locura, que, sin duda son los más especiales, únicos y verdaderos. Imagina. Deja que los demás sepan de qué eres capaz, preocupate por ellos, quiéreles.

Un viernes corriente con los amigos puede resultar algo mágico. Una tarde normal: música a tope y a bailar por el pasillo. Date caprichos. Endúlzate. Piensa en lo que tienes, es mucho. Valóralo.

Porque no hay nada mejor en la vida que compartir alegrías.

Y recuerda: Nadie necesita tanto una sonrisa, como aquel al que no le queda ninguna por dar.

sábado, 8 de enero de 2011

Seguir adelante...

Ella llacía en el banco, apoyada sobre sus rodillas  y mirando al horizonte. Una traviesa lágrima recorría su mejilla, mientras pensaba que tal vez tendría que vivir con aquella desgracia durante el resto de su vida, pero tenía serias dudas de poder ser capaz.
El viento acariciaba sus preciosos bucles dorados, a la vez que jugueteaba con las primeras hojas caidas del otoño. De repente,una hoja en blanco que había sido transportada por aquella brisa se posó a su lado. "No se sigue adelante celebrando éxitos, sino superando fracasos." decía.
Ahí es cuando lo comprendió todo. La vida es un camino que debemos seguir,siempre hacia delante. Nunca debemos retroceder ni aislarnos en nuestra pequeña burbuja. Tenemos que afrontar los problemas con valor, mirar através de ellos y así solucionarlos.Cada vez que tropieces, hay que sacar fuerzas y levantarse, ya que de las caidas se aprende y te hacen ser mas fuerte,ver tus errores. Porque la vida es demasiado valiosa como para estropearla con la tristeza.


Con esta entrada inauguramos el blog!
Animaos y comentad, espero que os guste :)