Muchas veces hemos sentido que la vida no merece la pena vivirla. Un mundo plagado de egoísmo, una sociedad cada vez más y más consumista. Superficialidad por todas partes. Y no solo en general, el camino que lleva a la muerte esta plagado de sufrimiento, de problemas.
Pero, ¿De verdad es la vida tan complicada, o por el contrario somos nosotros la que la hacemos así?
La vida en si tiene un sencillo curso: nacer, crecer, reproducirse y morir. Para muchos animales es tan simple como eso, y su unica preocupación es sobrevivir para llevar a cabo el ciclo completo. ¿Qué pasa con los humanos entonces?
A día de hoy, esta demostrado que a nuestra sociedad le gusta complicarse la vida. Ante cualquier problema, nuestro primer impulso es quejarnos, lamentarnos de lo desgraciados que somos, y hundirnos en la miseria, muchas veces aumentando la dificultad de ese problema inicial. Ademas, la gente, acostumbrada a idealizar su propia vida, tiende a crearse expectativas sobre las personas o sobre los momentos que va a protagonizar. Cuando estas etiquetas no son las que el individuo piensa, es ahi cuando crece la desilusion por la vida. Y es que si se sufre porque la vida es difícil de sobrellevar, es cuando hay que empezar a plantearse si de verdad tienes un concepto acertado sobre la vida. Quiero decir, esta bien pensar que la vida es un camino de rosas, pero también hay que pensar en las espinas que estas tienen.
A partir de esta aceptación, es relativamente fácil adaptarte a la vida.
Los problemas, las dificultades, el dolor y el sufrimiento son una gran oportunidad para replantearnos como estamos viviendo, y nuestras reacciones ante estos nos forman como personas. Hay que aceptar las circunstancias de uno tal cual son. El mero hecho de respirar, de estar vivo, debería ser una razón para seguir tus metas, no importa los obstáculos que se te interpongan. Cuando te enfrentes a un problema, pregúntate qué puedes hacer al respecto, y veras como en vez de lamentarte por ello, una vez enfocadote en ello puede ser gratificante, y mas sencillo de solucionar de lo que esperabas.
Llegados a este punto, hago una pregunta conocida por todos: ¿Cuál es el sentido de la vida?
En vez de quedarse en un mal, busca un bien. Lo que te hace crecer son las ganas de salir adelante, las ganas de ser tu misma, los propósitos, las metas, los sueños por cumplir.Cada detalle insignificante puede hacerte feliz, y contentarte con la vida que tienes. Pan recién hecho, una pompa de jabon, bajar las escaleras de dos en dos, arreglarte para una noche de fiesta, una mirada, sonrisas, una cara conocida... Simplemente, dejarte llevar, aprender a sobrellevar una vida con momentos bonitos, y otros no tantos, para que puedas finalmente, acabar ese camino de forma plena y en paz.